Por: Verónica Akle Alvarez, PhD. Profesora
de Medicina de la Universidad de los Andes.
Este artículo refleja mis opiniones personales y no compromete a ninguna institución.
Este artículo refleja mis opiniones personales y no compromete a ninguna institución.
Se ha generado un debate frente a la adopción por parejas del mismo sexo, a partir del concepto sostenido por los directores de la Facultad de
Medicina de la Universidad de la Sabana, en el que se manifiestan que la
homosexualidad "constituye de alguna manera, una enfermedad”. La mayoría de las
partes que se han pronunciado en este debate están en contra de esas declaraciones, por el
prejuicio y la discriminación que representan, especialmente viniendo de una institución
que debe enseñar a tratar verdaderas enfermedades. Como profesora e
investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, una institución pluralista e
independiente, me sentí en la obligación de dar una respuesta al respecto.
Dejando a un lado mis opiniones y creencias personales, me senté a
hacer la tarea que hacemos los investigadores como base de nuestro trabajo: buscar la evidencia. Con el propósito de dar luces sobre cual es la
evidencia más notable y sin ánimo de hacer un artículo exhaustivo ni un
análisis profundo del tema, me dispuse a
indagar la literatura científica al respecto. La tarea la realicé en
PubMed.org, que es la máquina de búsqueda más poderosa de resúmenes y vínculos
a las publicaciones científicas en ciencias biomédicas y ciencias básicas de la
vida. Esta es la base de datos de artículos más robusta en estas áreas y
constituye una referencia aceptada por toda la comunidad científica.
Las investigaciones que encontré en el tema de adopción por parte
de parejas del mismo sexo son realizadas, en la mayoría de casos, en forma
retrospectiva. Por ejemplo, se toman tanto familias conformadas por parejas
homosexuales: gays o lesbianas, como familias heterosexuales que hayan adoptado
niños. Luego, teniendo en cuenta variables como la edad a la que fue adoptado
el niño, edad de los padres adoptivos, condiciones socioeconómicas, etc., se
determinan desenlaces que revelen la
salud mental, física y ajuste social de los niños en el corto y largo
plazo. Otro tipo de diseño experimental
consiste en determinar la percepción de las familias en cuanto a temas
relacionados con sus hijos adoptados, como la satisfacción con el colegio, la estigmatización, el matoneo, entre otras. Las revistas que publican estos estudios son de
medicina, sicología y sociología, así que cubren todo el espectro integral de la vida los niños.
Una característica común de los estudios que encontré es el alto
número de parejas estudiadas y el alto rigor científico con que se realizaron.
En cuanto a las conclusiones, la gran mayoría de los artículos publicados entre
2000 y 2010 muestran el mismo tipo de resultado: los desenlaces en el ajuste
emocional, social y cognitivo de los niños no difiere entre los diferentes
tipos de familias. En un estudio de 2014 de más de 80 parejas del mismo sexo
comparadas con 40 de diferente sexo se entrevistaron tanto a padres como niños
y profesores de los menores para tener una visión integral. En este estudio se
encontró que tanto el comportamiento sexual y la adaptación de los menores, como la
relación entre niños y padres era más positivo entre las familias de padres
homosexuales que las heterosexuales. Sin embargo, la externalización de los
problemas se veía afectada por procesos parentales como el estrés, que podía
ser particularmente alto en las parejas del mismo sexo 1. Por otro lado, frente al otro tipo de estudios los resultados
son más dicientes. Por ejemplo, una investigación publicada en octubre de 2014 muestra
que los padres del mismo sexo están más involucrados en los colegios de sus hijos cuando perciben
una más alta estigmatización. Por el contrario
las parejas heterosexuales tienden a involucrarse en menor escala cuando
perciben mayor señalamiento 2. Una posible interpretación de estos datos es que las parejas del
mismo sexo están acostumbradas a afrontar la estigmatización social, y por
esto pueden identificar y sobrepasar esta barrera en diferentes situaciones.
Uno de los argumentos más repetidos en este debate es que el
desarrollo y la orientación sexual de los niños se ve afectada cuando son adoptados
por familias del mismo sexo. Existe la creencia que los niños criados en
hogares de lesbianas o gays crecerán a ser homosexuales, que tendrán
comportamientos sexuales anormales, o incluso que podría ser abusados
sexualmente o crecer a ser abusadores. Así
mismo, existe el temor de que la estigmatización
social puede conllevar a niños con baja auto-estima y baja adaptación
emocional. En respuesta a estos temores que tuvieron su apogeo en la década de los 90s, en
2002 la Academia Americana de Pediatría
de Estados Unidos, que tiene como misión velar por la salud de la infancia, mas
no dar ningún consejo moral, publicó un comunicado en el que “reconocen que una
gran cantidad de literatura profesional provee evidencia de que los niños con
padres que son homosexuales tienen las mismas ventajas y expectativas en salud,
adaptación social, y desarrollo que los niños de parejas heterosexuales”3.
El número de estudios en este tema ha disminuido desde este
milenio ya que las investigaciones actuales se concentran en aspectos más
detallados de la vida de las familias adoptivas, como por ejemplo el estudio
descrito anteriormente acerca de la interacción de padres del mismo sexo en asuntos
escolares de sus hijos adoptados. A pesar de esto, el año pasado se reiteró en
un comunicado de la Asociación Americana de Sociología un consenso en el que se
concluye que no hay diferencias entre los niños y adolescentes que crecen con
padres adoptivos heterosexuales o del mismo sexo en medidas de desarrollo cognitivo,
desempeño académico, estabilidad emocional y actividad y orientación sexual4. Por el contrario, las grandes diferencias se encuentran entre
familias con diferentes circunstancias socioeconómicas y de estabilidad
emocional.
Aquí se nombran un número mínimo de estudios y revisiones de la
literatura en este tema, pero en todo el volumen encontrado, absolutamente toda
la evidencia apunta a que no existe ningún daño sicológico o físico a los
menores que han crecido con padres del mismo sexo. Por el contrario, todas las
investigaciones demuestran que los factores de mayor riesgo para los niños son
la inestabilidad emocional, la negligencia y el bajo nivel académico y
socioeconómico de los padres, independiente de la orientación sexual. Mucho más
beneficio le harían los “expertos” en bioética en aplicar y difundir estudios
concretos que contribuyan a políticas públicas, como por ejemplo, los que
demuestran que independientemente del género y la orientación sexual, mayor
estrés se relaciona con síntomas de depresión y menor satisfacción con la
adopción. De esta manera, se recomendaría y enseñaría a los profesionales de la
salud la necesidad del acompañamiento y el apoyo a las parejas que buscan
adoptar durante la transición a ser nuevos padres, en vez de buscar
tratamientos para enfermedades inexistentes.
1. Golombok, S. et al. Adoptive
gay father families: parent-child relationships and children’s psychological
adjustment. Child Dev. 85, 456–68
2. Goldberg,
A. E. & Smith, J. Z. Predictors of psychological adjustment in early placed
adopted children with lesbian, gay, and heterosexual parents. J. Fam.
Psychol. 27, 431–42 (2013).
3. Riggs,
S. C. Coparent or second-parent adoption by same-sex parents. Pediatrics
109, 1193–4; author reply 1193–4 (2002).
4. Manning,
W. D., Fettro, M. N. & Lamidi, E. Child Well-Being in Same-Sex Parent
Families: Review of Research Prepared for American Sociological Association
Amicus Brief. Popul. Res. Policy Rev. 33, 485–502 (2014).
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